Cuando el alma se queda en silencio,

 

el vacío ocupa la inmensidad

 

intentando comprender por qué se

 

viene y se va.

 

 

Caminamos por senderos que no

 

sabemos dónde van,

 

quizá esperamos encontrar al final de ellos

 

la tranquilidad y la paz.

 

 

Mirando el horizonte, o al cielo quizá,

 

el océano está dormido y nos ha de despertar.

 

 

Emprenderemos la senda, pensando

 

que nos espera detrás.

 

 

Contemplando árboles llenos de frondosidad,

 

mirando los verdes en la lejanía,

 

son como mantos que forman alfombras.

 

 

¡Cállate, alma mía!

 

tengo miedo no saber oírte ya,

 

 

tengo el corazón tan herido

 

que quiero solo poder descansar.

 

 

Árboles verdes, que miráis al cielo

<

 

¡Escuchadme!

 

vuestros troncos quisiera abrazar,

 

dadme la energía necesaria de vuestra savia

 

para poder al fin mis ojos alzar.

 

 

 

Aguas del Mar inmenso ¡Venid!,

 

acercaos hacia mí,

que con vosotras quisiera vivir.

 

 

No quiero alejarme de aquí,

 

aquí deseo morir,

 

pero hasta entonces arropadme,

 

es un ruego, no un deseo,

 

¡Quitadme la melancolía!.

 

 

Paisajes de la naturaleza,

 

montañas de Santander,

 

Mar de mis amores

 

acogerme y arroparme

 

VUESTRA HIJA QUIERO SER.

@ Katy Domínguez Gómez